lunes, mayo 29, 2006

El Bobby Fisher jamaicano, en Málaga

Amo el centro de mi ciudad. Cada rincón, plaza, tetería, bar, acera y banco para sentarse. Me encanta disfrutar de él para dar un paseo, para escribir unas líneas en cualquier terraza al sol de invierno, para hablar con los amigos... Son los pequeños placeres de la vida de un malagueño. Tengo amigos que no son de aquí pero cuando vienen no perdonan un paseo por calle Larios. Un enclave pequeño pero maravilloso. Sin duda lo mejor de la peatonalización del centro (me callaré lo que pienso respecto a calle Granada).

Durante dos años tuve la suerte de trabajar allí, a su misma verita, y tuve oportunidad de descubrirla de noche, cuando salíamos muy tarde de trabajar. Y también muy temprano, como la primera foto del Así somos (cuadernillo de presentación del periódico) que hicimos un lluvioso domingo a las 8.00 de la mañana con la calle desierta. Otro momento para guardar.

Es allí donde se apostan payasos, músicos, mimos y los más variados artistas en busca de unas monedas. Y en los últimos días ha llegado un habitante curioso y que, además, trae una historia detrás. Juega al ajedrez durante tres minutos con todo aquel que se atreva y se autodenomina "El número 1 de Jamaica". Necesita dinero para un billete de avión de camino a su país para ver a su padre que está muy enfermo, muriéndose. Es una historia que quizá, más o menos, nos suene, pero ésta es diferente.

Es el ajedrez en la calle. Algo poco habitual (a menos que nos remitamos a películas como En busca de Bobby Fisher) y que sin duda no suele verse en Málaga (pero sí en la balaustrada de un un balneario de Budapest). El jugador de ajedrez mueve sus piezas con una precisión asombrosa y mantiene que a este deporte se juega "callado". Es decir, los jaques no se avisan. Tres minutos en silencio... Y con la música a todo trapo de un radiocassette, algo que a cualquiera nos impediría concentrarnos. Por no decir del extenso corrillo que acompaña las partidas.

Este jugador no sólo trae la historia de un padre enfermo a sus espaldas, sino la de
un viaje desde Madrid, donde fue injustamente tratado por hacer algo muy peligroso: jugar al ajedrez en la calle. Dos policías de paisano patearon el tablero, pero dicen que la gente se les echó encima. ¡Bien hecho!

Pues bien. Este hombre estuvo este fin de semana en la Plaza de la Constitución malagueña jugando al ajedrez. No pude compartir tablero con él, aunque no sé si me hubiera atrevido. Yolus, un amigo, lo hizo y acabó alucinado. Esta tarde de domingo le perdí la pista. No sé si le quedará mucho más por aquí o si irá a otra ciudad. Os invito, como lectores y participantes de este blog, que le sigamos un poco la pista y que evitemos, en la medida de lo posible, abusos de poder como el que relata Ciudadano M. ¿Quién se apunta?

jueves, mayo 25, 2006

Política de empresa

Hace poco más de un mes acabé mi relación laboral con un periódico en el que he pasado dos años. No íntegros, porque hubo vacaciones y eso, pero pasé allí la mayor parte del tiempo que estuve despierta en esos dos años.
El sueño de ser fija no se cumplió, por coyunturas empresariales, y recogí mis papeles y me fui. Intenté guardar mis archivos informáticos en mi pen drive, pero no cabían. Y pensé: ya volveré a por ellos. Cuando te vas, obligado, de un sitio en el que te gusta lo que haces es triste volver a ver a tus excompañeros trabajando. Por eso demoré más de lo necesario la operación de copia de mis archivos.
Hoy, cuando le he preguntado al informático si seguían en mi ordenador para poder recuperarlos me ha dicho que por política de empresa no puedo. Que él los sacará, pero que no puedo volver a tocar un ordenador de allí.
Ha sido el segundo shock del día y aún me tiene patidifusa. No salí de la empresa por hacer mal mi trabajo o por llevar virus descontrolados a la red. Tras varios contratos temporales, llegó el momento de hacer el fijo y alguien, desde arriba, decidió que no había dinero o que yo sobraba, no sé. Entonces... ¿por qué criminalizarme de esa forma? ¿Por qué impedir que saque yo esos archivos?
Sin duda, están en su derecho. El aparato es suyo y probablemente los archivos que edité y trabajé, también. A lo mejor tengo que darles las gracias por dejármelos sacar (no pienso hacerlo sino es sarcásticamente). Pero me parece de una gilipollez extrema la decisión: complicar en su trabajo a otra persona por algo que puede hacer: 1.- El interesado. 2.- Alguien que no está vinculado contigo, que ya no cobra de ti, cuyo tiempo es gratis.
Y eso mirándolo de su lado, que si miro por el mío... La incompetencia es algo que no tolero, pero es que encima en este caso estoy impotente. No puedo hacer nada al respecto. Una vez fuera de ella, esa empresa sigue dándome malos ratos.

Tengo un cóctel explosivo

Hoy he tenido dos shocks. Uno en el terreno laboral (que trataré en otro post) y otro en lo deportivo. Os hablaré de este último porque forma parte de la actualidad nacional, aunque no voy a hablaros de la noticia. De ésa que se encarguen los compañeros de deportes que de la noche a la mañana han tenido que hacerse expertos en temas de tribunales.
El martes detuvieron a Manolo Saiz, el director deportivo del Liberty Seguros, y antes del equipo de la ONCE. Lo que llevaba encima poco importa, por lo menos en lo deportivo, aunque quizá para los jueces y los abogados sea fundamental. Las cifras sólo sirven para dar más susto, pero también para ocultar el hecho. Poco importa que fueran 60.000 euros. Para los que no lo sepáis, el ciclismo es mi deporte favorito y siempre tuve en alta estima a Manolo Saiz. Tras el descubrimiento que hizo Miguel Echávarri con Perico primero y luego con Indurain, Manolo merecía mi más sincera admiración. Y no sólo mía, sino también de muchos otros. Ahora dirán miles de cosas de él, pero durante años ha sido el mejor director de un equipo ciclista, y no sólo en España. Y ahora está vinculado con el mayor caso de dopaje que hay en la historia del ciclismo español. Un caso que tiene muy mala pinta.
Me he quedado boquiabierta con el titular de portada de algún periódico nacional, pero en el fondo no me ha sorprendido tanto. A mí ya me robaron el ciclismo en aquel Tour del 98. No sé si recordáis. Aquel en que el Festina fue expulsado de pleno en Albertville. Aquel en el que, en mitad de una etapa, hubo una sentada... Increíble. Lejos quedan los días épicos de etapas de montañas, de contrarrelojes en el Lac de Madine, con 40 de fiebre. Lejos quedan los 5 Tours de Miguel Indurain que hicieron soñar a más de uno. Pero rematadamente cerca quedan los 6 (y quién sabe sino serán más) Tours de Lance Armstrong y su historia de superación. Y más cerca aún, porque quizá son cosas que se quedan grabadas a fuego en la memoria y en el corazón, las muertes del Chaba Jiménez o de Marco Pantani (ganador por cierto de aquel polémico Tour del 98). Ambas relacionadas con las drogas.
La épica, los buenos momentos, se quedan en el recuerdo, restent ici, que dirían los franceses. Pero los otros, los no tan buenos, los malos de veras... Esos no se olvidan. Y en todos hay un denominador común. La droga. Señores, tengo un cóctel explosivo: mezclen droga y deporte. Tendrán espectáculo asegurado. Dan ganas de llorar. ¿Qué niño no ha aprendido a montar en bici? Es más, es el deporte más paritario. De pequeña nunca jugué al fútbol, pero montaba, y mucho, con mis primos en bici. ¿Recordáis las primeras pedaladas? ¿Y las ganas de ver desaparecer las ruedecitas de apoyo? ¿Y el primer puerto de montaña que subisteis? Las caídas, las carreras... Yo no quiero olvidarlos nunca, y los transmitiré a mis niños, si vienen un día.
Es ese deporte dopado, podrido y haciendo aguas, ése que algunos se empeñan en reventar, el que tanto amo, yo y muchos otros. Sólo piensen en Paula, en Juan, en Vanessa, en Manuel... en los pequeños que aprenderán este verano a montar en bicicleta. Menudo ejemplo el que les están dando... ¿Deberían las bicis traer una advertencia? Diría algo así como las esquelas del paquete de tabaco: "Peligro, este deporte a nivel profesional provoca serios problemas de salud porque se mezcla con otras drogas".
Hacen falta más controles y por parte de los ciclistas, más sinceridad y menos: "Todos se dopan". Están matando a un deporte herido de muerte.

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martes, mayo 23, 2006

Valores jóvenes en corto

Nos dicen que no tenemos ideales. Que no sabemos a dónde vamos. Que mientras que en Francia se movilizan por una reforma laboral pésima (sí, la española es mucho peor y hay que ver cómo nos venden la moto), aquí sólo sabemos reunirnos para hacer botellones. Sé que el tema parece un poco repetitivo, pero no sólo de sentadas se nutre el ego de la juventud española. Me explico.
He escogido una mala fecha para empezar el blog porque estoy de jurado en el Eurovideo 05, un certamen que se celebra en mi facultad. Ayer fue la primera sesión maratoniana y pudimos ver algunos cortos hechos por jóvenes de menos de 30 años. Para los que no estéis metidos en este mundillo, y yo sólo estoy empezando, hacer un corto es algo realmente complejo que exige mucho esfuerzo, tiempo y dinero. Aquel que produce y graba su propio cortometraje se endeuda muchas veces, y no sólo eso. También recurre a los colegas porque si hay algo que necesite del trabajo en equipo es, precisamente, una producción audiovisual. Y sus amigos participan, se implican y se dejan los higadillos muchas veces para no ver un duro, porque pocos son los que pueden pagarles. Se requieren equipos, actores, medios técnicos y humanos, y sobre todo, una historia.
Lo de ayer fue sólo el aperitivo de un certamen al que le quedan 4 jornadas y muchos cortos por proyectar, pero si algo pudimos ver son historias diferentes. De ésas que cuesta mucho sacar de la cabeza. Imaginaos el trabajo. Tener una idea original, plasmarla en un papel y convencer a un grupo de amigos para que te ayuden a rodarla. A ello súmale el buscar subvenciones, personal, actores, recurrir a unos y a otros y luego, con el corto acabado, llevarlo a todos los festivales y certámenes que puedas, darle publicidad y ganar algo, si es que el corto es realmente bueno.
En definitiva, que sí que nos movemos, por más que digan nuestros mayores. Esto es sólo una muestra de cómo funciona en uno de los muchos ámbitos laborales, pero si eso no es perseguir un sueño, que se lo digan a los muchos y desconocidos cortometrajistas que hay en Málaga, o en España. ¿Y todo para qué? ¿Habéis visto un cine donde se pongan cortos? A este género le queda mucho por crecer, pero va por el buen camino. De momento, hay calidad.
A los interesados y que les pille cerca, que se pasen por el aula magna de la facultad de Ciencias de la Comunicación de Málaga. Durante esta semana las tardes van a tener muchas historias en corto.

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domingo, mayo 21, 2006

Todo vuestro


¡Hola a todos! Pasad. Bienvenidos al pequeño espacio que desde hoy ocupo en la blogosfera. ¿A quién le apetece un té? Digo ocupo, aunque en realidad este lugar lo ocupáis vosotros, con vuestros comentarios y con todo aquello que queráis colaborar. Es un espacio abierto, casi casi tanto como el open source, el software libre. Un espacio que no existiría sino fuera por vosotros porque, sinceramente, lo que escriba no tiene sentido sino lo leéis.

Por eso la url de este blog es ésa: A los que leen. Porque en esto de la blogosfera los que leen son como las buenas personas, ésas que saben escuchar. Y los que participan, como los buenos amigos, ésos que además aconsejan. A muchos os sonará el título, que es similar a una película de Isabel Coixet.

Lapidarium surge de la lectura de un libro de Ryszard Kapuscinski de título casi homónimo. Es un libro que se acerca mucho al contenido de un blog. Retazos de sus viajes y reflexiones salpicadas de historias curiosas, anécdotas e imágenes por escrito de sus muchos viajes se reúnen en sus páginas, sin necesidad de justificar los vínculos entre unos y otros. Pero todos los textos tienen algo en común: merecían ser escritos, recopilados y leídos. Lo mismo pasa con muchos blogs.

Bien, pues ahora soy yo la que quiere reunir en algún lugar sus escritos, para que también puedan ser leídos. Y no hablo de poemas o relatos sino de comentarios de la vida, de las noticias, de lo que pasa y lo que me pasa. No sé si podrá ser muy a menudo. Ni siquiera sé si podrá ser o este será un número cero abocado al fracaso y la desaparición. Por lo menos voy a intentarlo. Me encantaría que esto creciera en un futuro y tuviera asociado su propio flog (algún día llegará la cámara) e incluso un podcast del que ya tengo pensado el tema. Todo eso lo iremos contando a su debido tiempo.

Ahora que la vida me lleva por caminos que no esperaba, que me "gira del revés" y "el futuro se presenta incierto" (como dice la canción de Alfonso Moreno, Cien minutos), también me parece que un blog es otra forma de mantener al día a los amigos de siempre, a los de más tiempo y que, para su suerte y mi desgracia, están muy lejos. Si mis pasos me llevan lejos de casa, ésta puede ser otra forma de teneros informaros, si queréis, claro.

Bueno, ésta es mi declaración de intenciones. Sed todos bienvenidos y no dudéis en participar. Yo me callo por ahora. Es vuestro momento.