domingo, diciembre 10, 2006

12 segundos de oscuridad

“No es la luz lo que importa en verdad, son los doce segundos de oscuridad”. Así hace su declaración de intenciones Jorge Drexler en su nuevo álbum, publicado el pasado mes de septiembre. Sus 12 segundos de oscuridad se convierten en catorce canciones (12 y dos bonus) que transportan al mundo de Drexler en los últimos meses y nos trasladan, completamente el descubierto, los avatares, penas y desencantos de su reciente divorcio. Sí, es un disco triste, pero que también deja un atisbo de esperanza (como la canción Sanar) y un deseo de nueva vida que aparece, como marca de agua, detrás de cada canción: “Tu corazón va a sanar, va a sanar y va a volver a quebrarse”.

El propio Drexler lo califica como su disco más “desconcertante”, y no sólo eso, diferente. Nuevos ritmos, nuevas formas de hacer, pero en el fondo siempre Drexler. No voy a decir que ha madurado, algo que consiguió hace mucho tiempo, pero sí que estos 12 segundos son profundamente intimistas y recorren todo tipo de estados de ánimo marcados por la duda y la inoportunidad. Drexler escribe para dejar claro que La vida es más compleja de lo que parece.

Sus letras, y el momento de escribirlas, van saltando por todos los rincones del globo, desde el Cabo Polonio, de donde procede el faro que ayuda a darle título (entre haz y haz de luz el mar queda 12 segundos en oscuridad), a México o al aire, ya que muchas de las canciones están escritas en vuelo entre Madrid y alguna parte o incluso en algún aeropuerto. Una globalidad que ya hizo presente en sus temas, como Todo se transforma, y que ahora repite de forma menos amable y más crítica. Drexler pasa de la globalidad a la globalización de Disneylandia, una canción sobre la conjunción del planeta y los encuentros que se producen en él. La sinergia actual del mundo le lleva también a denunciar los peligros de la nueva caja de Pandora: internet y su amenaza a la fidelidad, en La infidelidad en la era informática una canción cargada de efectos de sonido donde la ilusión vence a la máquina.

Pero no sólo innova en la música, sino también en sus versos. Este disco es poesía con cada acorde. Poesía que juega con los acentos, como la canción Transoceánica, esdrújula toda ella, y que nos recuerda como las palabras lógica, lágrima, lánguido, melancólico, lúcido y magnífica pueden darse cita en la misma canción sin chirriar, sin perjudicar a la melodía.

Son 12 segundos que se hacen cortos, y es que el tiempo pasa tan deprisa... Eso sí, doce segundos poco recomendados para aquellos que no quieren pensar, que piden a la Hermana duda una noche de respiro... Porque si Drexler se estudia y se desnuda en este disco, también hace que nos miremos un poco hacia dentro, algo a lo que esta vida rápida nos tiene poco acostumbrados.

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sábado, diciembre 09, 2006

Investigación reabierta

El Supremo ha decidido reabrir el caso Couso. La investigación del asesinato del cámara de Tele 5 volverá a los tribunales tras la decisión, ahora podemos ver que desacertada, de la Audiencia Nacional de dar carpetazo al asunto, al entender que en el asesinato de José Couso no hubo dolo (intención), si no "acto de guerra contra enemigo aparente erróneamente identificado".

Por suerte hay jueces con dos dedos de frente en este país, que entienden que el asesinato de tres periodistas "no alineados" con Estados Unidos en una misma mañana ya es de por sí sospechoso. Que entienden que el ataque contra un hotel, sede de la prensa internacional e identificado por el ejército de EE UU como tal, y por tanto protegido por la Convención de Ginebra, no puede quedar impune.
Hace un mes, David Couso volvía a Málaga para hablar del tema. Le pregunté si aún tenía esperanzas, después de tanto tiempo, en que se hiciera justicia, si seguía creyendo que un día vería sentados en el banquillo de los acusados al sargento Shawn Gibson, el capital Philip Wolford y el teniente coronel Philip de Camp, del 64 regimiento de Blindados de la Tercera División de Infantería del Ejército estadounidense. David no titubeó en su respuesta. No lo dudó ni un momento: "Es difícil, pero no imposible. No pararemos hasta conseguirlo".
Creo que sobran las palabras. Estados Unidos no sabía, cuando disparaba al hotel Palestina, que encontraría una resistencia como la familia Couso. Ánimo desde aquí y enhorabuena por este paso adelante.

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